Monasterio Santa María de La Rábida

En este famoso convento franciscano, es uno de los enclaves indispensables para conocer la historia del Descubrimiento de América. En el mismo, se alojó Cristóbal Colón y encontró el apoyo necesario en los monjes, como Fray Antonio Marchena o Fray Juan Pérez, para llevar a término su proyecto hasta el punto de interceder por él en la corte de la Reina Isabel la Católica. A la entrada del monasterio puedes observar dos esculturas en honor a los frailes, realizadas por León Ortega.

Este proyecto, que en principio tenía como objetivo encontrar una nueva ruta hacia las Indias por el Atlántico, posteriormente desembocaría en uno de los hitos más importantes de la historia de la humanidad.

Su ubicación se encuentra en un entorno privilegiado en el término municipal de Palos de la Frontera, Huelva. Emplazado en un “cabezo” o colina en el paraje de La Rábida, puedes divisar en el horizonte la confluencia de los ríos Tinto y Odiel.

En sus jardines, encontrarás una escultura realizada por Alberto Germán Franco, del almirante Cristóbal Colón con motivo de la celebración del 500 aniversario desde su fallecimiento.

En sus inmediaciones, se erigió una Columna en conmemoración al IV Centenario del Descubrimiento de América. Fue construida a finales del s. XV y se trata del primer monumento homenaje a los participantes en la gesta descubridora erigido en tierras onubenses. Este monumento ha sufrido una profunda restauración en el año 2015 que le ha conferido su aspecto actual.

Situada a los pies de la Columna conmemorativa del IV Centenario, encontramos la Avenida de los Descubridores, inaugurada en1981 por Su Alteza Real Don Juan Carlos I de España para celebrar el V Centenario del Descubrimiento de América. En su recorrido divisamos escudos de países americanos realizados en azulejo, colocados a ambos lados del paseo.

La fundación del Monasterio de la Rábida es de carácter dudoso, se encuentra cabalgando entre mito y realidad. La tierra sobre la que se erige desde hace más de 500 años el monasterio cristiano, ha conocido un altar de sacrificios fenicio o un templo romano consagrado a su deidad femenina Proserpina e incluso una mezquita fortificada musulmana, de donde toma el nombre el paraje que conocemos actualmente. Lo que si es cierto es que, documentalmente como orden franciscana, se establece a principios en el siglo XV a través de la bula del papa Benedicto XIII, en 1412.

Aunque el terremoto de Lisboa de 1755 provocó considerables daños al convento y tuvieron que realizarse posteriores reformas, muchos de los espacios del edificio se conservan prácticamente intactos desde entonces por lo que, podrás zambullirte en la historia del Descubrimiento.

El Monasterio de la Rábida, cuenta con numerosas pinturas que decoran sus paredes. Cabe destacar un conjunto de frescos murales de Daniel Vázquez Díaz titulados "Poema del Descubrimiento", en los que se retratan los preparativos del Primer Viaje Colombino al continente americano.

El convento franciscano está conformado por:

• Claustro: de influencia mudéjar que data del siglo XV. Al claustro original se le añadió un segundo piso a mediados del siglo XVIII para resguardar al monasterio y sus moradores de las incursiones piratas. Una porción de tierra y la bandera de cada uno de los países americanos se custodian celosamente entre sus encalados muros.
• Refectorio y Sala de Conferencias, ubicadas a los laterales del claustro.
• Sala capitular: de forma rectangular, en la que algunos historiadores sostienen que es donde se habían mantenido las conversaciones más importantes en los momentos previos al Primer Viaje del Descubrimiento.
• Biblioteca: que alberga documentos y objetos de alto valor histórico. Así, puedes encontrar una copia del mapamundi de Juan de la Cosa en el que aparece por primera vez la costa americana.

Como podrás comprobar, contigua al claustro y con el cual se comunica por una puerta lateral, se encuentra la humilde y acogedora iglesia del siglo XVIII, decorada con cuadros del pintor Juan de Dios Fernández, que relatan la vida de San Francisco. La iglesia, de estilo mudéjar, conserva un valioso artesonado y varios frescos originales de la época.

Consta principalmente de una sola nave, un presbiterio y la capilla que alberga la imagen de Santa María de la Rábida. El altar mayor lo ocupa la escultura de Jesucristo Crucificado del siglo XV. La antigua bóveda de cañón, fue sustituida en el siglo XIX por un techo artesonado de madera policromada, obra de Ricardo Velázquez Bosco.

Su interior, alberga una pequeña capilla consagrada a Santa María de la Rábida o también conocida Virgen de los Milagros. Se trata de una talla de alabastro ante la que se dice que se postraron los marineros de Palos de la Frontera antes de su travesía oceánica. La Virgen de los Milagros es la patrona del monasterio y de Palos de la Frontera, a la cual se le dedica una fiesta en su honor.

En la Plaza de España, se levantó un monumento en el que se rememora la Coronación de la Virgen de los Milagros por Juan Pablo II en 1993. A este acto acudieron como padrinos los reyes de España, Juan Carlos y Sofía.

El Monasterio de la Rábida tiene numerosos reconocimientos. En 1856, lo catalogaron como "Monumento histórico y artístico de la Nación" y fue declarado "Primer Monumento histórico de los pueblos Hispánicos" en 1949. Asimismo, la Junta de Andalucía le otorgó la "Medalla de Oro de Andalucía" en 1992.

En el Monasterio de la Rábida se encuentra sepultado Martín Alonso Pinzón que, tras volver del Primer Viaje Colombino gravemente enfermo, murió unos días después.

Al finalizar tu visita en el Monasterio de la Rábida, no puedes dejar de visitar el Muelle de las Carabelas, al que accederás andando a través del Paseo de los Escudos y que es otro lugar imprescindible en la Ruta Colombina.